viernes, 20 de febrero de 2009

Vida invernal.

Hielo blanco y sombrío, tu gélido aroma invernal me hace creer que jamás saldrá el sol, que tu tormenta blanca ha cubierto hasta lo más profundo de los sentimientos de la humanidad, dejándome con remotas esperanzas de encontrar la calidez que espero recibir.
Si tan sólo supiera que luego saldrás astro rey, mi alma amainaría su angustia agónica de no saber cuando verá esa tan ansiada luz, si tan sólo supiera que más allá de esos grises cúmulos algodonosos, hay más que sólo tinieblas y lágrimas creería que la vida es posible y esa gota de esperanza me haría soportar los retumbantes latidos de auxilio que pide mi ser.
Creer en eso, aún así me parece utópico, creer que hay más que sólo dolor me resulta imposible, pues es un sentimiento que me ha acompañado durante este oscuro tiempo de soledad, es más, se ha hecho el habitante pródigo de cada recóndito lugar de mi cuerpo, abundando en cada célula de él.
Oh! Hielo Blanco y sombrío, que triste es el juego del que me haces partícipe, jamás quise entrar en la competencia, pero de la noche a la mañana me tomaste como esclavo y hoy me tienes como un peón más de tu enorme tablero, libérame de una vez y deja que mi sangre pueda correr libremente por mis venas, sin que se estanque por el sólo hecho de estar gélida como tú, permite que mi corazón vuelva a latir como alguna vez lo hizo y terminemos éste juego horrendo de nunca acabar.

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